lunes, 17 de octubre de 2016



EL EMPODERAMIENTO DE LA MUJER EN LOS PROCESOS DE ORIENTACIÓN LABORAL. UNA FUNCIÓN TRANSVERSAL DE LA FIGURA DEL ORIENTADOR/A


En la siguiente reflexión voy a abordar la importancia del abordaje de la perspectiva de género por parte de los profesionales que nos dedicamos a prestar servicios de información y orientación laboral a personas que pertenecen a colectivos en riesgo de exclusión social. 

En concreto,  yo desarrollo mis funciones como orientadora en una entidad específica dirigida a la atención de personas con discapacidad. Dentro de este colectivo considero necesario aportar la perspectiva de género ya sea en las acciones individuales que llevo a cabo como en las acciones grupales. He de destacar que en numerosos casos las mujeres atendidas dentro de nuestro servicio sufren doble discriminación por parte del mercado laboral. Por una parte, por el hecho de tratarse de personas con diversidad funcional y por otra por el hecho de ser mujeres.

De manera genérica, expongo a continuación algunas de las funciones que desempeñamos  en nuestro día a día a la hora de realizar orientación laboral a mujeres con discapacidad:
  •  Orientación, asesoramiento e información en cuanto a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres

  • Coordinación entre profesionales de diferentes áreas ante la detección de posibles intervenciones
  • Planificación de actuaciones que favorezcan la participación de las mujeres en la sociedad.
  • Utilización de un lenguaje no sexista.

Intentamos con estas acciones introducir en su rutina conceptos que mucho tienen que ver con el empoderamiento. Con esta estrategia se intentan generar y consolidar procesos de emancipación, desarrollo y crecimiento personal de las mujeres pertenecientes al colectivo.

Este proceso de empoderamiento implica de una toma de conciencia por parte de las mujeres y para ello es importante “trabajar” factores personales como la autoestima o la recuperación de la dignidad, en algunos casos. Pero este proceso no es tan solo individual sino que se trata de un proceso colectivo por lo que requiere de implicación de la población en general, y como no de los agentes públicos y políticos.




En definitiva, alcanzar la plena igualdad requiere de una toma de conciencia individual y por supuesto colectiva a través de la cual las mujeres tengan plena autonomía personal,  consigan su emancipación y para ello se deben crear unas condiciones para su plena participación en la sociedad y para el pleno ejercicio de sus derechos. Y uno de los derechos fundamentales es el derecho al trabajo.



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